lunes, 17 de mayo de 2010

1. FEDERICO GARCÍA LORCA



Nació en el municipio de Fuente Vaqueros, Granada (España), en el seno de una familia con buena posición económica el 5 de junio de 1898 y fue bautizado con el nombre de Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca; su padre fue Federico García Rodríguez, un hacendado, y su madre, Vicenta Lorca, maestra de escuela que fomentó el gusto literario a su hijo. Desde la edad de 2 años, Federico García Lorca mostró su habilidad para aprender canciones populares y a muy tierna edad escenificaba en miniatura oficios religiosos. Su salud fue frágil y no empezó a andar hasta los cuatro años. Como estudiante fue algo irregular, abandonando la Facultad de Derecho de Granada para instalarse en la Residencia de Estudiantes de Madrid (1918–1928); pasado un tiempo regresó a la Universidad de Granada donde se graduó como abogado aunque nunca ejerció la profesión, puesto que su vocación era la literatura. Fue, después de su madre, Fernando de los Ríos quien estimuló el talento del entonces pianista en favor de la poesía; así, en 1917 escribió su primer artículo sobre José Zorrilla, en su aniversario. La España de Lorca es el heredero de la Generación del 98, con una rica vida intelectual donde los nombres de Francisco Giner de los Ríos, Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, y poco después Salvador de Madariaga y José Ortega y Gasset imprimían el sello distintivo de una rebelión contra la realidad de España. Influyeron, además, en la sensibilidad del poeta en formación Lope de Vega, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Manuel Machado, Ramón del Valle-Inclán, Azorín e, incluso, el Cancionero popular. En 1918 publicó su primer libro Impresiones y paisajes, costeado por su padre. En 1920 se estrenó en teatro su obra El maleficio de la mariposa, en 1921 se publicó Libro de poemas y en 1923, se pusieron en escena las comedias de títeres La niña que riega la Albahaca y el príncipe preguntón. En 1927 en Barcelona expuso su primera muestra pictórica. En esta época frecuenta activamente a los poetas de su generación que permanecen en España: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, y sobre todo Buñuel y Dalí, a quien después le tributó Oda a Salvador Dalí. El pintor, por su parte, pintó los decorados del primer drama del granadino: Mariana Pineda. En 1928 publicó la revista literaria Gallo, de la cual salieron solamente dos números. En 1929 marcha a Nueva York. Para entonces se habían publicado, además de los antes mencionados, sus libros Canciones (1927) y el Primer romancero gitano (1928), siempre su obra poética más popular y más accesible. A Lorca le molestaba mucho que el público lo viera como gitano.
De su viaje y estancia en Nueva York surge el libro Poeta en Nueva York.
En 1930 fue a La Habana, donde escribió parte de sus obras Así que pasen cinco años y El público, ese año regresó a España donde fue recibido en Madrid con la noticia de que su farsa popular La zapatera prodigiosa se estaba escenificando.



Al instaurarse la Segunda República española, se nombró a Fernando de los Ríos como Ministro de Instrucción Pública. García Lorca fue nombrado, bajo el patrocinio oficial, codirector de la compañía estatal de teatro «La barraca» donde disfrutó de todos los recursos para producir, dirigir, escribir, y adaptar algunas obras teatrales del Siglo de Oro español. Escribió en este período Bodas de Sangre, Yerma y Doña Rosita la soltera. En 1933 viajó a Argentina para promover la puesta en escena de algunas de sus obras por la compañía teatral de Lola Membrives y para dictar una serie de conferencias, siendo su estancia un éxito: a manera de ejemplo, su puesta de La dama boba de Lope de Vega atrajo a más de sesenta mil personas. Entre este año y 1936 escribió Diván de Tamarit, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, que conmovió al mundo hispano, La casa de Bernarda Alba y trabajaba en La destrucción de Sodoma, cuando estalló la Guerra Civil española.



García Lorca rehusó el exilio ofrecido por Colombia y México, cuyos embajadores previeron que el poeta pudiera ser víctima de un atentado debido a su función de funcionario de la República, pero Lorca rechazó las ofertas y se dirigió a su casa en Granada para pasar el verano. En esos momentos políticos alguien le preguntó sobre su preferencia política y él manifestó que se sentía a su vez católico, comunista, anarquista, libertario, tradicionalista y monárquico; de hecho nunca se afilió a ninguna de las facciones políticas y jamás discriminó o se distanció de ninguno de sus amigos, por ninguna cuestión política, se sentía, como él lo dijo en una entrevista al Sol de Madrid poco antes de su asesinato: íntegramente español. Tras una denuncia anónima, el 16 de agosto de 1936 fue detenido en la casa de su amigo, el también poeta Luis Rosales, quien obtuvo la promesa de «las autoridades» nacionalistas de que sería puesto en libertad «si no existía denuncia en su contra». La orden de ejecución fue dada por el gobernador civil de Granada, José Valdés Guzmán, quien había ordenado al ex diputado de la CEDA, Ramón Ruiz Alonso, la detención del poeta. Valdés contaba con el visto bueno del general Queipo de Llano, a quien se consultó sobre qué hacer con Lorca. Las últimas investigaciones, determinan que fue fusilado la madrugada del día 18 de agosto de 1936, seguramente por cuestiones territoriales, ya que algunos caciques, muy conservadores tenían rencor al padre de Lorca porque era un cacique progresista. En una entrevista en el diario El Sol había declarado que «en Granada se agita la peor burguesía de España» y eso fue su sentencia de muerte. Federico García Lorca fue asesinado en el camino que va de Víznar a Alfacar y su cuerpo permanece todavía enterrado en una fosa común anónima en algún lugar de esos parajes con los cadáveres de dos banderilleros y un maestro nacional ejecutados con él. Después de su muerte se publicaron Primeras canciones, Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín.
De esta trágica manera concluye la vida del poeta español más leído de todos los tiempos, a quién le toco vivir en una España agitada, la cual le hizo pagar un elevado precio por pretender un mundo más justo y una sociedad más libre.





1.1 PERFIL HUMANO

Héroe político, gitano, homosexual atormentado: estas son algunas de las imágenes que se le han adjudicado a su figura. Se dice que Federico García Lorca era un hombre polifacético. La infancia que tuvo se plasmó luego en sus obras tanto poéticas como teatrales, ya que tuvo mucha sensibilidad artística. Estaba dotado de una extraordinaria personalidad, carácter alegre y con un gran don para la música y una original e extraordinaria imaginación para el teatro y sus grandes metáforas.
Lorca tuvo un talante arrollador. Muchas personas que lo conocieron coinciden en esta idea, como por ejemplo Luis Buñuel (compañero de Lorca en la Residencia de Estudiantes), el cual escribía: “De todos los seres humanos que he conocido, Federico es el primero. No hablo ni de su teatro ni de su poesía. La obra maestra era él […]. Ya se pusiera al piano para interpretar a Chopin, ya improvisara una pantomima o una breve escena teatral, era irresistible”.



Salvador Dalí ,que también fue compañero en la Residencia de Estudiantes, tubo una muy buena amistad con él y relataba de esta manera la impresión que el poeta causó en él: "La personalidad de Federico García Lorca produjo en mí una tremenda impresión. El fenómeno poético en su totalidad y en 'carne viva' surgió súbitamente ante mí hecho carne y hueso, confuso, inyectado de sangre, viscoso y sublime, vibrando con un millar de fuegos de artificio y de biología subterránea, como toda materia dotada de la originalidad de su propia forma".
Pero su personalidad tenía como una doble cara, la otra era la obsesión y el miedo que el poeta sentía por la muerte, la cual se puede ver claramente plasmada en sus obras.
El biógrafo de Lorca, Ian Gibson, escribe sobre un momento de la niñez del poeta en el que Lorca experimentó de una manera muy penetrante la muerte. Cobos, un hombre de campo de Fuente Vaqueros (íntimo de la familia) iba siempre a la casa a contarle a Federico cuentos sobre fantasmas, lobos y seres mágicos. El día que Cobos murió llevaron al pequeño Federico a verlo. Estuvo presente mientras que preparaban el cadáver para el entierro y esto impresionó a Lorca de tal forma que quedó marcado desde entonces.
Lorca era también muy envidiado y atacado, entre otras cosas, por su homosexualidad. Ian Gibson, escribía que "a Federico García Lorca, uno de los seres humanos más artísticamente dotados de todos los tiempos, se le seguía negando hasta hace muy poco tiempo - hasta ayer mismo - su condición de homosexual para quién asumir plenamente su condición de tal, en una sociedad intolerante, fue una lucha cotidiana nunca del todo resuelta…". Y es que efectivamente Lorca fue muy criticado e incluso a veces rechazado por su sexualidad -como recuerda el pintor y poeta andaluz José Moreno Villa: "no todos los estudiantes le querían. Algunos olfateaban su defecto y se alejaban de él"-, lo cual lo lleva a unir en sus obras lo sexual y la pasión con la angustia. Pepín Bello, compañero de Lorca en la Residencia de Estudiantes, dice que "era una persona extremadamente pudorosa con su vida personal y, aunque no daba la impresión de ser homosexual, todos sabían que lo era".
Incluso cuando mataron a Lorca, Juan Luis Trescanto (una de las personas que participó en su asesinato) declaraba que le había metido dos tiros por el culo por maricón.
Lorca fue una persona sencilla, excelentísimo dramaturgo en la literatura española, pero también muy atormentado debido a la muerte y su homosexualidad.

1.2 TEMAS CENTRALES

No cabe esperar una gran originalidad en los temas del poeta, pero sí la forma de plasmarlos. El elemento más destacado del universo lorquiano es la frustración: el tema clave. Ya sea por su dedicación frustrada en la música, con la cuál no pudo seguir por problemas personales o el tener que ocultar su homosexualidad, hacen que el poeta se sienta desdichado. Una cita textual del autor será suficiente para darse cuenta del problema: "Mi paloma lleva en su pico de plata rosas amargas de mi jardín oculto. Yo tenía en el alma una vaga leyenda de mujer y un día de verano espléndido sentí un gran estremecimiento. Se había despertado mi estatua y me había estrujado el corazón. ¡A qué cantar! Dentro de mi jardín interior brotaron rimas cantando a otras cosas pero nunca lo que estaba dentro de mí”.
La muerte es uno de los temas existenciales para el poeta, uno de los temas que más le obsesionan y uno de los temas que más trata en sus obras. Este tema está muy unido al del tiempo (ya que la muerte a medida que pasa el tiempo es inevitable). El tema de la muerte siempre ha sido lo que más ha inquietado a la sociedad, pero en las obras de Lorca se va a mostrar como terribles porque aunque son lo más cotidiano y normal de la existencia no dejan de aterrar nunca al poeta, por ejemplo en estos versos:


“Encrucijada”
Viento del Este,
un farol
y el puñal
en el corazón.
La calle
tiene un temblor
de cuerda
en tensión
un temblor
de enorme moscardón.
Por todas partes
yo veo el puñal
en el corazón.

-En los últimos versos del poema se puede ver la obsesión del poeta hacia la muerte-.
Lorca no ve la muerte de una manera religiosa, no es una forma de pasar a otro mundo ni nada por el estilo, para Lorca la muerte es como un enorme muro que se interpone en tu vida para interrumpirte todos tus planes y todas tus esperanzas, algo que tarde o temprano va a llegar, y él lo único que desea es fundirse con la naturaleza:


“Despedida”
Si muero,
dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo.)
El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo veo.)
¡Si muero,
dejad el balcón abierto!


Tanto le atemorizaba la idea de la muerte que el mismo presagió su trágico destino en uno de sus poemas:
[…] Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias,
abrieron los toneles y los armarios,
destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.
Ya no me encontraron.
¿No me
encontraron?
No. No me encontraron.
Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba,
y que el mar recordó ¡de pronto!
los nombres de todos sus ahogados.



El tiempo también es uno de los temas presentes en Federico y uno de los más usados en la poesía. Él siempre está atento al más mínimo detalle respecto al tiempo: la juventud, el paso de las horas, las estaciones… El no poder volver atrás para recuperar cosas perdidas es para él tan obsesivo como la inevitable muerte. Se podría decir que para Lorca el paso del tiempo es el aviso del deterioro. Tanto en la poesía lorquiana como en teatro el tiempo va unido a referencias como las campanadas del reloj de la iglesia. En este poema se puede ver claramente el tema del tiempo:



“El presentimiento”
Es la sonda del alma
en el misterio.
Nariz del corazón,
que explora en la tiniebla
del tiempo.
Ayer es lo marchito.
El sentimiento
y el campo funeral
del recuerdo.
Anteayer
es lo muerto.
Madriguera de ideas moribundas
de pegasos sin freno.
Malezas de memorias
y desiertos
perdidos en la niebla
de los sueños.
Nada turba los siglos
pasados.
No podemos
arrancar un suspiro
de lo viejo.
El pasado se pone
su coraza de hierro
y tapa sus oídos
con algodón del viento.
Nunca podrá arrancársele
un secreto.
Sus músculos de siglos
y su cerebro
de marchitas ideas
en feto
no darán el licor que necesita
el corazón sediento.
Pero el niño futuro
nos dirá algún secreto
cuando juegue en su cama
de luceros.
Y es fácil engañarle;
por eso,
démosle con dulzura
nuestro seno.
Que el topo silencioso
del presentimiento
nos traerá sus sonajas
cuando se esté durmiendo.


El amor también está muy presente en las obras y poemas de Lorca. Para Lorca el amor es algo tan grande como la propia muerte y es un componente esencial en sus obras. Es difícil de satisfacer a veces el deseo sexual de sus personajes y muchas veces va unido a la muerte como se puede ver en los versos del libro Poeta en Nueva York, Diván del Tamarit y Sonetos del amor oscuro:



Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tu mueras por mí. - Gacela del amor desesperado


La hierba cubre en silencio
el valle gris de tu cuerpo.

Por el arco del encuentro
la cicuta está creciendo. -Gacela del recuerdo de amor



Como podemos ver, el amor es un sentimiento que difícilmente se satisface: "Por el arco del encuentro, la cicuta está creciendo." El encuentro quiere decir el amor y la cicuta (tipo de veneno) tiene como fin representar a la muerte, por lo tanto se puede ver que el amor va unido a la muerte.